“Roca, agua y electricidad”

                            A la hora de plantear este juego en clase tuvimos una serie de dificultades para controlar a todo el grupo. A pesar de explicar bien la actividad y citar antes los puntos clave, pensamos que es un juego propenso a hacer trampas y los compañeros se aprovecharon de esto, por lo que tuvimos que ir delimitando las reglas a medida  que avanzaba la actividad para reducir las situaciones donde se incumplían las reglas. Al final, conseguimos mediante la aplicación de nuevas reglas que se ciñeran a la actividad y fueran más controlados, sin embargo, la organización de este juego fue un poco descontrolada.

                            Este juego nos pareció una buena opción por la situación paradójica que se plantea, los practicantes deben estar atentos en ataque, en escapar y en liberar a sus compañeros. Esta variabilidad de situaciones plantea autonomía al alumno y refuerza la toma de decisión en el momento adecuado. A partir de este juego se podía mejorar el pensamiento estratégico del grupo y hacía que los participantes creasen sus propias estrategias.  Ahora bien, ¿Cuándo decidían salir a coger a sus adversarios?, ¿Es preferible salir de uno en uno o salir en grupo escalonándose? todas estas preguntas se las debe plantear el alumno para resolver situaciones complejas que se dan en el juego y que mejoran su pensamiento táctico y la estrategia.